Rá, Culebro, Sere, Winny y Nano viven en las calles de Medellín. Los cinco niños ya no tienen ningún contacto con sus familias. Forman una especie de clan fraternal en el que tienen que abrirse camino en un mundo paralelo sin leyes. Al hacerlo, defienden ideales como la amistad y la dignidad, pero también muestran desobediencia y resistencia. En un peligroso viaje entre el delirio y la nada, el grupo abandona la ciudad y se adentra en las profundidades del interior colombiano. Allí esperan encontrar un terreno que Rá heredó de su difunta abuela. Como miles de otros colombianos, una vez fue expulsada violentamente por los paramilitares. Después de su muerte, Rá recibió la “tierra prometida” a través de un programa de restitución del gobierno. Los muchachos hacen amistades que los ayudan a avanzar pero también les advierten de los peligros de su empresa. También conocen a trabajadoras sexuales que les brindan atención materna a corto plazo